América Latina, más urbanizada y más desigual


Favela de Paraisópolis, en São Paulo, Brasil
La ONU advierte que la expansión urbana en un patrón insostenible está aumentando la desigualdad.
América Latina es la región más urbanizada del mundo y aunque eso ha mejorado las oportunidades económicas, al mismo tiempo es la zona más desigual del planeta, de acuerdo con un estudio del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat)
El informe, titulado "Estado de las Ciudades de América Latina y el Caribe", publicado este martes, dice que la transición urbana en la región ha sido rápida y ha dado trabajo y mejores condiciones de vida a mucha gente, pero a un costo social, económico y ambiental demasiado alto.
Casi el 80% de la población de la región, es decir unas 468 millones de personas, viven en áreas urbanas, tras un largo proceso de éxodo de las zonas rurales que ahora parece estar disminuyendo, de acuerdo con la investigación.
Las ciudades latinoamericanas han evolucionado caóticamente, generando la proliferación de barrios pobres y cinturones de miseria que conviven en una suerte de segregación y profunda desigualdad.
Y el mayor problema, según la ONU, es que no se está trabajando para minimizar el problema, que seguirá aumentando en la medida que las ciudades se expandan, sobre todo en sus zonas marginales.

Urbanización y desigualdad

Asunto de equidad

vista de Caracas
Los menos desiguales
  • Venezuela
  • Uruguay
  • Perú
Los más desiguales
  • Colombia
  • Guatemala
  • República Dominicana
Fuente: CEPALSTATS. Agosto 2011
Aunque más de dos tercios de la riqueza que se genera en América Latina procede de las ciudades, una de cada cuatro personas en áreas urbanas es pobre, indica el informe.
Se estima que unos 111 millones de personas viven en barrios marginales, lo que contribuye con los altos índices de desigualdad, violencia e inseguridad que padecen las urbes regionales.
Pero Alain Grimard, director regional de ONU-Habitat para América Latina y el Caribe, explicó a la BBC que la urbanización no tiene necesariamente una relación directamente proporcional con la desigualdad.
"Podemos constatar que hay desigualdad, pero no es un fenómeno típicamente urbano".
En los últimos 60 años, las ciudades crecieron aceleradamente en toda la región. Para Grimard, "lo más negativo es que el espacio físico crece más rápidamente que la población, con lo cual disminuye la densidad de las ciudades".
Eso hace que los costos de la infraestructura y la prestación de servicios se encarezca, incluso los gastos en los que debe incurrir la administración pública para el gobierno de la ciudad.
Una de las soluciones que propone el estudio es un mayor desarrollo de la vivienda vertical o "densificar las ciudades".
"Densificar ciudades significa tomar menos espacios en áreas de producción agrícola y gastos más bajos de los poderes públicos", afirma Grimardi.

Producción y medio ambiente

Urbanización: un problema creciente

Déficit de viviendas en A. Latina
  • 1990: 38 millones unidades
  • 2011: 42 a 51 millones de unidades
Habitantes en zonas marginales
  • 1990: 106 millones (33% de la población)
  • 2011: 111 millones (24%)
Fuente: Informe ONU-Habitat
Una de las consecuencias más graves de la expansión urbana es que va en detrimento de las zonas rurales, que es donde se producen los alimentos.
Sin embargo, para ONU-Habitat, el fenómeno urbano es positivo.
"Pensamos que la densificación es algo ecológicamente más efectivo y económico. (Es positivo) que la gente viva en pueblos pequeños y no se ocupen tantos terrenos", añade Grimard.
Otra de las recomendaciones del estudio es acelerar las reformas urbanas, "principalmente a nivel del marco institucional y legal y a través de políticas públicas que privilegien la lucha contra la pobreza".
Las soluciones se deben coordinar desde los gobiernos nacionales, aunque las administraciones locales también son capaces de generar empleos y acometer obras de alto impacto social.
"Las municipalidades tienen un poder muy importante sobre la economía verde", dice Grimard.
"Por ejemplo, a través de procesos de licitación para obras públicas, en los que pueden obligar a las empresas a respetar normas de construcción que pueden influir sobre el medio ambiente".

El problema del transporte

Uno de los problemas generados por las grandes urbes latinoamericanas es el desorden vial y sus consecuencias ecológicas.
De hecho, uno de los capítulos del estudio de la ONU aborda el tema de la movilidad, uno de los grandes desafíos de la región.
"Hay que destacar la creación en los últimos 15 ó 20 años en la región de nuevas formas urbanas. Hablamos del proceso de conurbación, un fenómeno que nos parece más importante en América Latina que en otros continentes. Es un problema de gobernabilidad y un desafío, al igual que el fenómeno del corredor urbano, que puede ser una oportunidad económica, pero requiere nuevos mecanismos de gestión"
Alain Grimard, director regional de ONU-Habitat para América Latina y el Caribe
"Lo que hemos visto en los últimos 15 años es que la tasa de motorización ha subido a un ritmo desorbitante", afirma Grimard.
"Para 2008, el 20% de la población adulta tenía vehículo. Hay que cambiar eso, aumentando la oferta de transporte público, porque no es sostenible a nivel económico tampoco, construir nuevas calles ".
"En la región hay un mayor índice de peatones, ciclistas y usuarios del transporte colectivo que en otros continentes, pero esta proporción no se refleja en el diseño de las calles y espacios públicos", expresa Grimard.
El mandato de ONU-Habitat es trabajar con cada gobierno de la región para aplicar las recomendaciones del estudio, "pero desafortunadamente somos una pequeña agencia con recursos humanos, no financieros", señala.
Pese a esas limitaciones, Grimard explica que la idea de su oficina es crear un reporte de este tipo sobre el estado de la urbanización latinoamericana al menos cada tres años.

CUIDEMOS EL ECOSISTEMA:CIENTIFICOS PREDICEN "MEGASEQUIA"

           El futuro del planeta: 100 años de "mega-sequía"


Las 'megasequías' pueden convertirse en un fenómeno común en los próximos cien años. Esta alarmante predicción fue hecha por investigadores estadounidenses de la Universidad Estatal de Oregón.
  
Durante la sequía que se inició a principios del siglo los bosques se secaron, las cuencas hidrográficas se quedaron sin recursos, la productividad agrícola se redujo y el secuestro de carbono —la captura natural de carbono en la atmósfera— disminuyó a la mitad en todo el oeste de Estados Unidos, Canadá y México.

"Eso es un enorme descenso", dijo la investigadora Beverly Law, de la Universidad Estatal de Oregón citada por la revista 'Nature Geoscience'. "Y si las emisiones mundiales de carbono no bajan, el futuro será aún peor", agregó.

Estas condiciones podrían tener graves consecuencias ambientales, advierten los investigadores. Los pronósticos de precipitaciones bajas y la sequía más extrema significan que el sumidero de carbono podría desaparecer, lo que podría aumentar el calentamiento global y dañar los ecosistemas.

"Se prevé que las áreas que ya están secas se sequen aún más", dijo Law en un comunicado. "Esperamos más extremos. Y son estos periodos extremos los que realmente pueden causar daños a los ecosistemas, conducir a la desaparición de bosques inducida por el clima y pueden convertir algunas áreas en matorrales
o pastizales".